26 de septiembre de 2010

Tablas

He estado trabajando en un proyecto orientada a mejorar el aprovechamiento de ciencias y matemáticas en preparatorias en zonas no muy urbanizadas de San Luis Potosí. Somos un equipo multidisciplinario y el proyecto está patrocinado por SEDESOL. A mí, junto con otro compañero y un gran equipo de trabajo, nos toca desarrollar alguna herramienta tecnológica que permita que los escuincles logren el objetivo.
Obviamente, sin oportunidad de negar la cruz de mi parroquia, yo estoy encargado de todo lo relacionado con el diseño de interacción. Para este fin, nos fuimos a realizar trabajo de campo para realizar entrevistas contextuales con alumnos y maestros de varias preparatorias.
Ya creía estar un poco preparado para lo que me esperaba, pues a nivel Universitario es común que los estudiantes lleguen con bases de ciencias y matemáticas muy malas. Es por eso que en la mayoría de las Universidades existen cursos o semestres enteros para nivelar las bases educativas necesarias para estar en el nivel superior de la educación. Me han tocado casos de alumnos que no saben sacar áreas, distinguir entre números positivos y negativos, o que no saben despejar ecuaciones. Pero normalmente es la minoría.
En mi trabajo de campo yo esperaba algo parecido. Sin embargo, no puedo negar mi sorpresa al enterarme que a nivel preparatoria los alumnos empiezan con ¡tablas de multiplicar! Ignoró que está pasando en la educación básica y media del país, pero es obvio que está defraudando a todos. Principalmente a los propios estudiantes. No es posible que después de 9 años de educación, sin contar el Kinder, simplemente no sepan multiplicar.
Lo peor es que los estudiantes se culpan a ellos mismos de una forma hasta surrealista. No saben matemáticas porque ellos no son lo suficientemente inteligentes, es su culpa por no estudiar, las matemáticas son difíciles, etcétera. Y claro, no pueden preguntar en clase porque les llueve la carrilla de sus compañeros. Eso de que los mexicanos nos niguniemos sin el menor pudor ya fue argumentando plenamente por Octavio Paz en el “Laberinto de la Soledad”. Aún así, no puedo dejar de pensar en los miles de estudiantes, y las generaciones, que resultaran frustradas con ellos mismos simplemente porque el sistema educativo no funciona.
Un sistema educativo donde el estudiante no aprende el contenido, no se le educa para ser crítico, no se le da confianza consigo mismo, y no se le enseñanza a respetarse ni a sus compañeros. Simplemente, un sistema educativo fallido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas veces pasa que en las comunidades rurales este tipo de conocimiento no se imparte como se debe porque ni los alumnos ni los maestros le ven objeto a aprender estas cosas. Yo soy de la idea de que la cultura va antes que la educaciòn. Si a los alumnos se les enseñara lo que se puede hacer con ese conocimiento, sólo entonces despertaría su interés. Y esto se ve desde la primaria, considero que incluso los libros de texto gratuitos tienen contenidos muy abundantes, pero pobres.

Alberto Herrera.